Una de las razones principales por las que los nuevos inversores pierden dinero es porque persiguen tasas de rendimiento de las inversiones poco realistas, ya sea que estén comprando acciones, bonos, fondos mutuos, bienes raíces o alguna otra clase de activos. La mayoría de la gente simplemente no entiende cómo funciona la capitalización. Cada porcentaje de aumento en las ganancias cada año significa un gran aumento en la riqueza final a través del tiempo. Para proporcionar una ilustración clara, 10.000 € invertidos al 10% por 100 años se convierten en 137,8 millones de euros.
Los mismos 10.000 € invertidos al doble de la tasa de rendimiento, 20%, no solo duplican el resultado, sino que lo convierten en 828,2 mil millones de euros. Parece contradictorio que la diferencia entre un rendimiento del 10% y un rendimiento del 20% es de 6,010 veces tanto dinero, pero es la naturaleza del crecimiento geométrico.
¿Qué es una buena tasa de rendimiento?
Lo primero que debemos hacer es eliminar la inflación. La realidad es que los inversores están interesados en aumentar su poder adquisitivo. Es decir, a ellos no les importan los «euros» o los «dólares» per se, les importa cuántos Big Mac, coches, pianos, ordenadores o pares de zapatos pueden comprar.
Cuando hacemos eso y revisamos los datos, vemos que la tasa de rendimiento de las inversiones varía según los tipos de activos:
Oro: por lo general, el oro no se ha apreciado en términos reales durante largos períodos de tiempo. En cambio, es simplemente una reserva de valor que mantiene su poder adquisitivo. Sin embargo, década tras década, el oro puede ser altamente volátil, yendo desde enormes máximos a mínimos en cuestión de años, lo que lo convierte en un activo poco seguro para poner el dinero que vas a necesitar en los próximos años.
Efectivo: la moneda está diseñada para depreciarse en valor a lo largo del tiempo. De hecho, 100 $ en 1800 vale hoy solo 8 $, lo que representa una pérdida del 92% del valor. Atesorar dinero en efectivo no es buena idea, dándole un poco de tiempo perderá su valor.
Bonos: históricamente, los bonos de buena calidad tienden a retornar del 2% al 4% después de la inflación en circunstancias normales. Cuanto más arriesgado es el bono, mayor es el rendimiento que demandan los inversores.
Acciones: las acciones con pago de dividendos de la más alta calidad, más seguras y más estables han tendido a devolver un 7% en rendimientos reales ajustados a la inflación a los propietarios durante siglos. Esa parece ser la cifra que hace que las personas quieran desprenderse de su dinero con la esperanza de ganar más dinero mañana. Por lo tanto, si vives en un mundo con un 3% de inflación, deberías esperar una tasa de rendimiento del 10% (7% de rendimiento real + 3% de inflación = 10% de rendimiento nominal). Cuanto más arriesgado sea el negocio, mayor será el rendimiento exigido.
Bienes inmuebles: sin necesidad de utilizar ninguna deuda, el retorno de los inversores en bienes inmuebles es similar al de las acciones. La tasa de rendimiento real de las propiedades buenas no financiadas ha sido aproximadamente del 7% después de la inflación. Como hemos pasado décadas de inflación entorno al 2-3%, en los últimos 20 años, la cifra de rendimientos de las inversiones esperada parece haberse estabilizado en un 10%. Los proyectos más arriesgados requieren tasas de rendimiento más altas. Además, los inversores inmobiliarios son conocidos por utilizar hipotecas, que son una forma de apalancamiento, para aumentar el rendimiento de su inversión. El entorno actual de tipos de interés bajos ha provocado algunas desviaciones significativas en los últimos años, y los inversores han aceptado tasas máximas que son sustancialmente inferiores a lo que muchos inversores a largo plazo podrían considerar razonables.
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Mantén expectativas razonables respecto a la tasa de rendimiento de las inversiones
Si eres un nuevo inversor y esperas ganar, digamos, un 15%-20% de tus inversiones en acciones (si con de primer orden) durante décadas, muy probablemente eso no va a suceder.
No sirve de absolutamente de nada seguir una estrategia de inversión con una base financiera errónea, que solo nos puede llevar a tomar más riesgo del que estamos dispuestos a asumir u obtener un rendimiento de las inversiones mucho menor del esperado (lo cuál también aumenta el riesgo si basamos nuevas operaciones en un ROI esperado erróneo).
Debes saber que aunque hemos hablado de tasas históricas y de cómo se ha comportado el mercado hasta ahora, es posible que esas tasas no se repitan. De modo que, nuestra recomendación es estudiar cada operación de la mano de un grupo de asesores expertos que puedan ayudarte a seleccionar inversiones de acuerdo a tus objetivos. Puedes contactar con nuestro equipo a través de la sección de Contacto.